La caída en los precios de la soja y el maíz en Chicago, hasta niveles de 351 dólares por tonelada, refleja un contexto bajista impulsado por una proyección de producción récord en EE.UU.
Según Dante Romano, este descenso se debe principalmente a las expectativas de una gran cosecha que ha llevado a una recomposición de stocks y a ventas elevadas tanto en EE.UU. como en Brasil. Además, la devaluación de las monedas en estos países también ha contribuido a la presión bajista en los precios.
La soja es particularmente relevante para las exportaciones argentinas, tanto en su forma de grano como a través de sus derivados industriales, como la harina y el aceite. La reciente caída en los precios de la soja, que ha llegado a niveles no vistos en cuatro años, podría afectar la economía de los países exportadores, especialmente en un contexto donde el precio en términos reales vuelve a niveles de 2006 debido a la inflación en EE.UU.
Este entorno de precios bajos podría incentivar a compradores genuinos y generar incertidumbre sobre la futura producción en Sudamérica, dado que los precios mínimos actuales pueden afectar la viabilidad económica de la producción en la región.