Mauricio Álvarez, coordinador del programa nacional de Carne
y Fibras Animales del INTA, diserto sobre aportes para pensar a la ganadería
como parte de la producción.
El especialista en ganadería Mauricio Alvarez, destacó el
aporte que el INTA realiza a la producción ganadera al invitar a pensar a
pensar en la ganadería como parte de una solución desde el mejoramiento de la
resiliencia y la adaptación, detalló en el marco del Foro de Genética Bovina
que se realizó durante la 136ª edición de Expo Rural 2024.
Álvarez explicó que la industria de la ganadería tiene la
capacidad de brindar soluciones a la demanda de una producción ética y
sostenible.
Al respecto señaló que, el INTA plantea desde los
territorios que la ganadería puede ser parte de la solución con la
incorporación de tecnologías de rápida adopción y bajo costo a los procesos productivos
y con una mayor rentabilidad.
En cuanto a las posibles respuestas, el especialista
mencionó que el mejoramiento genético bovino “ha sido fundamental en el aumento
de la productividad ganadera. No obstante, aparte de continuar aumentando la
producción, es preciso también mejorar la resiliencia y la adaptación”.
“En este sentido, nuestro país tiene el gran desafío de
desarrollar un proceso de intensificación sostenible y el mejoramiento genético
es uno de los ejes centrales de este proceso porque genera mejoras productivas
pequeñas pero acumulativas sin el uso de insumos externos”, agregó.
Al producir en condiciones ambientales cambiantes, esto
exige animales más resistentes a enfermedades, estrés térmico y a la
variabilidad climática.
El reto consiste en identificar y seleccionar individuos
capaces de adaptarse a estas condiciones adversas sin comprometer su
rendimiento productivo.
La selección genética debe enfocarse en aumentar la
producción y en mejorar su
sostenibilidad. Según el especialista, “se necesita producir animales que sean
más eficientes, transformando el alimento en carne o leche y que, a su vez,
sean productivos y generen una elevada calidad de productos”.
“Será importante desarrollar líneas genéticas que
contribuyan a reducir las emisiones. Por ello, el INTA ha creado una red de
centrales para medir la eficiencia de conversión en las principales regiones
productoras”.
Hoy se cuenta con cuatro estaciones para bovinos de carne
ubicadas en unidades INTA de Cesáreo Naredo -Buenos Aires-, Anguil -La Pampa-,
Mercedes –Corrientes- y Valle Inferior -Río Negro-. Además de una para bovinos
de leche ubicada en Rafaela -Santa Fe-.
Es necesario articular los esfuerzos del sector público y el
privado para desarrollar una plataforma nacional de fenotipado que permita
generar bases de datos para todas las razas. De esta manera se podrán construir
las poblaciones de referencia necesarias para utilizar la selección genómica.
“Esta es una herramienta central para vincular las
subpoblaciones fenotipadas con aquellas que no pueden registrar estas
variables, identificando de manera más precisa y temprana los mejores
individuos”, concluyó el investigador