El análisis del Monitor Ganadero de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) revela una situación compleja para el sector ganadero en el país, especialmente en lo que respecta a la hacienda bovina. Aquí hay un resumen de los puntos clave:
Precios por debajo de la inflación: Aunque los precios de los terneros han aumentado un 190% en el último año, han quedado por detrás de la inflación, lo que genera un desafío para los productores.
El ternero es la única categoría que logró un incremento en su precio (3,3%) entre agosto y septiembre, casi igualando la inflación de ese mes.
Dificultades en los feedlots: Los feedloteros están enfrentando pérdidas significativas, con un promedio de $80,473 por cabeza engordada, debido a la relación deteriorada entre el precio del ternero y el maíz. Aunque la ocupación en los feedlots se mantiene estable (70,1%), los márgenes de ganancia están en rojo.
Relaciones de precios: La relación entre ternero y novillito muestra una mejora, siendo de 1,29 kg de novillito por cada kilo de ternero, lo que indica una mayor fortaleza del ternero. Sin embargo, la relación entre el maíz y el novillito ha caído, lo que podría afectar la rentabilidad.
Impacto de las exportaciones: En el ámbito de las exportaciones, se observan buenas noticias, especialmente para los cortes destinados a la Cuota Hilton, cuyo precio ha aumentado a U$S 15,000 por tonelada. Los precios de los cortes exportados a China también han mejorado, aunque en general los valores de exportación muestran signos de debilidad.
Mercado interno: En el comercio minorista, el precio del asado ha caído un 2,3% entre julio y agosto, aunque en el último año su precio se incrementó en un 188%, resultando en una pérdida real del 14,4%. Se prevé un aumento en los precios de la carne en los próximos meses, dado el rezago que presenta la cadena en el último año.
Comparación con otras carnes: En comparación con el pollo y el cerdo, la carne vacuna ha experimentado un aumento menor en el último año, lo que ha llevado a que se abarate en comparación con estos otros tipos de carne.
Esta situación refleja los desafíos que enfrenta el sector ganadero en Argentina, con precios que no logran seguir el ritmo de la inflación y una rentabilidad que se ve comprometida, tanto en la producción como en la venta al por menor.