El equipo de investigación del INTA Catamarca ha estado apoyando la olivicultura en la región durante 30 años, centrándose en diversas innovaciones tecnológicas para mejorar la productividad.
Entre sus principales logros está la selección de variedades de olivo adaptadas a las condiciones locales de Catamarca, que se caracterizan por ser áridas y semiáridas, y la creación de un banco de germoplasma con más de 100 variedades. Estas nuevas variedades se seleccionan por su alta producción, mayor contenido de aceite y calidad en las aceitunas.
Además, han implementado tecnologías de riego avanzadas y modernización en la mecanización de la producción, lo que ha permitido el desarrollo de sistemas de cultivo intensivos y súper intensivos. Estos sistemas, favorecidos por su eficiencia y capacidad de mecanización, permiten una rápida entrada en producción y reducen costos asociados a labores manuales como la cosecha y poda.
Otra de las iniciativas del equipo incluye la valorización de los aceites locales, con énfasis en la mejora de la calidad mediante un control detallado de los procesos críticos, desde la cosecha hasta la producción del aceite. Esta labor, liderada por María Sol Molina, ha permitido el análisis físico, químico y organoléptico de los aceites, garantizando la obtención de productos de alta calidad.
El trabajo del INTA Catamarca resalta el papel estratégico de la olivicultura en las economías regionales, que actualmente abarca 67.000 hectáreas en el país y produce 33.000 toneladas de aceite de oliva anualmente, principalmente en las provincias de La Rioja, Mendoza, San Juan y Catamarca.