La Provincia de Buenos Aires ha experimentado un interesante resurgimiento en el ámbito vitivinícola durante los últimos años, consolidando su lugar en el escenario nacional a pesar de su pequeña participación en términos de superficie cultivada.
Este renacer se ha caracterizado por una modernización en las técnicas de viticultura, una apuesta por la calidad enológica y un aumento en el número de viñedos y bodegas.
Históricamente, Buenos Aires tenía una fuerte presencia vitivinícola, como lo demuestra el censo de 1936, en el que ocupaba un puesto destacado. Sin embargo, con el tiempo, la superficie dedicada al cultivo de la vid se redujo drásticamente, perdiendo variedades tradicionales como Malbec y Pinot. A partir del año 2000, la provincia ha mostrado una tendencia de crecimiento, con la reimplantación de viñedos dedicados principalmente a variedades de alta calidad.
El auge de nuevas zonas productoras y la creación de Indicaciones Geográficas (IG) en áreas como Balcarce, Chapadmalal y Tandil subraya el interés por la creación de vinos que reflejen las características particulares de los terroirs bonaerenses. Estas nuevas áreas, combinadas con la preferencia por variedades internacionales como Chardonnay y Pinot Noir, han generado un renombre creciente para la viticultura de la provincia.
El hecho de que el 94,1% de la superficie haya sido implantada después del año 2000 refuerza la idea de una viticultura renovada, impulsada por nuevas inversiones y proyectos. A pesar de su tamaño reducido en comparación con otras provincias más tradicionales como Mendoza o San Juan, Buenos Aires está construyendo una reputación basada en la singularidad y calidad de sus vinos.
Las cifras de 2024 muestran que, aunque el tamaño promedio de los viñedos sigue siendo pequeño, la provincia está logrando avances significativos en cuanto a la superficie cultivada y el volumen de vino producido. Este crecimiento puede estar cimentando las bases para un desarrollo sostenible a futuro, con variedades como Chardonnay, Sauvignon Blanc y Pinot Noir liderando el camino hacia una vitivinicultura bonaerense más prominente.