Este brote de influenza aviar en Argentina ha generado una respuesta rápida en Paraguay y Uruguay para proteger sus territorios y evitar que el virus se propague.
Ambos países han activado protocolos de vigilancia sanitaria para monitorear y prevenir el ingreso del virus H5N1, implementando medidas de bioseguridad estrictas tanto en aves domésticas como en establecimientos avícolas.
Las recomendaciones incluyen el control de la presencia de aves silvestres en granjas, la protección de gallineros, y la restricción de contacto entre aves domésticas y silvestres. Además, se han puesto énfasis en prácticas de higiene y la protección del entorno de las aves, como el control de roedores e insectos que pueden transmitir el virus.
A pesar de la gravedad de la enfermedad, las autoridades han tranquilizado a la población, asegurando que el consumo de carne de ave y huevos sigue siendo seguro para la salud pública.
Las alertas se han emitido también para informar sobre los síntomas de la enfermedad en aves, como la mortalidad repentina, los problemas respiratorios y las alteraciones neurológicas, para facilitar la detección temprana de posibles casos.
Es un esfuerzo conjunto entre las autoridades sanitarias, los productores avícolas y la población para contener el riesgo epidemiológico y proteger la producción avícola y la biodiversidad en la región.