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Pablo Adreani destaca que, a pesar de la reducción temporal de las retenciones para la soja, maíz y trigo, los productores están siendo cautelosos a la hora de vender sus granos.
La disminución de las retenciones no ha tenido el impacto esperado en los precios del mercado, que ya se encontraban por encima de la paridad de exportación antes de la medida. Esto, junto con la incertidumbre climática y la falta de necesidad urgente de vender, ha llevado a muchos productores a retener su cosecha.
En cuanto al ingreso de divisas, se estima que para febrero se alcanzará un total de 1.500 millones de dólares, principalmente debido a las bajas ventas de soja.
Desde el anuncio de la reducción de retenciones el 22 de enero, las ventas de soja han sido mínimas, con solo 11.000 toneladas disponibles para exportación y 943.000 toneladas para la industria aceitera, lo que refleja que estas operaciones se realizaron por compromisos financieros previos y no por la expectativa de una mejora en las retenciones.
Por otro lado, el maíz ha tenido un comportamiento más activo en el mercado. Entre el 22 de enero y el 12 de febrero, se comercializaron 737.000 toneladas de maíz disponible y 1,3 millones de toneladas de la nueva campaña. La reducción de la alícuota de retenciones para el maíz, del 12% al 9,5%, ha incentivado las ventas, especialmente con la proximidad de la cosecha temprana.
Adreani termina señalando que la normativa que obliga a ingresar las divisas en un plazo de 15 días después de realizar la venta puede estar limitando aún más el ritmo de comercialización, dado que exportadores y aceiteras prefieren esperar por mayor certeza en la oferta antes de proceder con las operaciones.