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El informe de Coninagro presenta un panorama complicado para los productores de soja de cara a la campaña 2024/2025, destacando un notable deterioro en la relación insumo-producto.
La soja, en particular, ha sufrido una pérdida significativa de poder adquisitivo, lo que impacta negativamente en la capacidad de los productores para adquirir insumos esenciales como maquinaria, fletes y combustibles.
**Deterioro de la relación insumo-producto:**
Según el análisis, se ha incrementado el número de toneladas de soja necesarias para la compra de maquinaria y el pago de fletes. Específicamente, para adquirir una cosechadora se requieren ahora 1.650 toneladas de soja, lo que representa un aumento del 20% en comparación con enero de 2024, y un incremento absoluto de 270 toneladas en solo un año. Además, el costo de los fletes ha aumentado un 34% y el precio del gasoil un 40%, también en comparación con el año anterior.
**Aspectos positivos:**
Pese a estos retos, el informe menciona áreas de mejora. Por ejemplo, el precio del glifosato ha disminuido a nivel internacional, permitiendo a los productores requerir un 34% menos de soja para adquirir este herbicida. Asimismo, el costo de la tierra ha mostrado una ligera disminución, dado que en enero de 2025 se necesitaban 58,9 toneladas de soja para comprar una hectárea, un 10% menos que el promedio de los últimos cinco años.
**Conclusión:**
En resumen, el contexto actual para los productores de soja es desafiante, con un marcado aumento en los costos de insumos fundamentales, a pesar de algunas mejoras en ciertos productos y en el precio de la tierra. Este escenario subraya la necesidad de que los productores se adapten y busquen estrategias para mitigar el impacto del deterioro en la relación insumo-producto en sus operaciones agrícolas.