
El sector vitivinícola argentino está enfrentando un panorama mixto con expectativas de crecimiento y desafíos significativos.
La industria estime un aumento del 10% en la producción de vino para este año, lo que indica un posible repunte tras años de dificultades. Sin embargo, esto se ve contrarrestado por la pérdida de mercados internacionales y la alta presión impositiva.
Mario González, presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), destaca que aunque se espera un incremento en la cosecha, todavía no se han alcanzado los valores promedio de producción. La competitividad es un tema crucial para el sector, que necesita recuperar mercados que se han perdido y explorar nuevas oportunidades en el extranjero.
Uno de los puntos críticos mencionados por los líderes de la industria es el alto costo logístico en Argentina, que puede ser hasta cinco veces superior al de otros países productores como Chile. La necesidad de reducir estos costos es imperativa, así como avanzar en acuerdos de libre comercio que permitan una reducción de los aranceles de exportación, lo cual beneficiaría la inserción internacional del vino argentino.
A nivel local, existe la esperanza de que la recuperación del poder adquisitivo de los consumidores impulse el consumo interno. No obstante, persisten inquietudes sobre el comportamiento de los precios y el manejo del sobrestock, lo cual podría influir en la recuperación del mercado interno.
Aunque las exportaciones de vino en botella han mostrado un crecimiento del 12,3% en 2024, todavía se encuentran por debajo de los niveles alcanzados en 2021 y 2022, reflejando un largo camino por recorrer para recuperar cuota de mercado tanto en valor como en volumen.