
Este informe subraya la notable influencia de las condiciones climáticas sobre los cultivos de soja en Argentina.
Mientras que las zonas del Chaco y el norte de Santa Fe se ven afectadas por la falta de lluvias y temperaturas altas, lo que genera pérdidas significativas de plantas y rendimiento, las lluvias en otras áreas, como las de febrero y principios de marzo, han tenido un impacto positivo, especialmente en la soja de primera, que se encuentra en una etapa crucial de llenado de grano.
En las zonas con anegamientos, la falta de oxígeno en el suelo podría generar pérdidas adicionales, lo que resalta la importancia de un manejo adecuado de los recursos hídricos. A pesar de estos desafíos, la soja de segunda muestra un panorama más alentador, con una gran parte de la superficie en condiciones hídricas favorables y con un avance significativo hacia la plena fructificación.
La proyección de producción se mantiene optimista, con estimaciones de 49,6 millones de toneladas, aunque sigue dependiendo de cómo evolucione el clima en las próximas semanas, especialmente en el noreste del país.